jueves, 11 de noviembre de 2010

Viaje anodino a Huehuetoca

Vine porque me dijeron que me iban a dar un bien trabajo, aunque en estos tiempos eso es relativo en este país, donde tener trabajo ya es una buena noticia. Digamos que el salario no era malo y la chambita me iba a permitir seguir cultivando mi preciosa obsesión con que todos los derechos son para todos bla bla bla, lo que en otras palabras podríamos encontrar como indicador de una codependencia profunda, una necesidad de sentir que uno salva almas cuando en realidad no se salva ni a sí mismo.

En fin. Otras eran nuestras latitudes por aquellos días fríos de enero, otras eran las temperaturas y un buen día llamaron al teléfono y dijeron, Sí, vente a trabajar con nosotros y al día siguiente me embarqué al desconocido y traicionero territorio de Huehuetoca. En mí vida había ido a tal lugar, se me figuraba que quizá no estaba tan lejos, y lo busqué en la guía roji en vano porque los planos de la ciudad de México todavía no llegan hasta allá. Decía, pues, que al día siguiente me embarqué para Huehuetoca, lo que significa que primero tuve que viajar media hora en trolebús y hora y media adicional en metro hasta Cuatro Caminos, mejor conocido como El Toreo, y allí tomé el autobús que me condujo a mi destino.

2 comentarios:

  1. ahora ya sé por qué terminaste en Huehue

    pero

    salvar almas?

    eso no lo hacen

    ni los curas

    .

    igual, respeto tus ideales. aunque me considero dee derecha. Perú es un país de derecha, no sé cómo será en méxico.
    Pero si continuamos comunicándonos
    puede que aprenda algo sobre como
    son las cosas
    en tu país.


    Saludos

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  2. Ja ja ja lo buscaste en la guia roji *ternurita* xD ja ja ja no te creas

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