En este país, la capital es el único territorio donde los hombres pueden desposar a otro hombre y las mujeres pueden desposar a una mujer. Esto está más que bien, y es una señal de que a pesar de las matazones cotidianas y la ineptitud de nuestro gobierno, todavía queda dignidad en los mexicanos.
Lo que Calderón ha hecho es una estupidez. Sólo exhibe lo retrógrado de su gobierno y de la ideología (si existe, si la tienen) que lo respalda. Es una vergüenza.
Hemos hecho una revolución para que la gente pueda besar a quien se le antoje |
No hay comentarios:
Publicar un comentario